Martes, 20 de marzo de 2012
LITERATURA ›
De las sierras de Córdoba a Copenhague
Conocido como el “pequeño Premio Nobel”, el Andersen es el más prestigioso de la literatura infantil. “Siempre he sido una escritora que me he movido por los márgenes”, se sorprende Andruetto.
Por Silvina Friera
“¡Ay, qué loco todo esto! Tengo una ensalada en la cabeza que no te imaginás...” La carcajada de María Teresa Andruetto retumba desde las sierras cordobesas, el lugar en el mundo que eligió para vivir y escribir. La primera escritora argentina y en lengua castellana en ganar el Premio Hans Christian Andersen, considerado uno de los más prestigiosos de la literatura infantil –conocido también como el “pequeño Premio Nobel”–, no tuvo tiempo ni de encender la computadora. Le cuesta traducir emocionalmente el vendaval de sensaciones que zumba por el corazón. Este merecidísimo reconocimiento a una de las narradoras que con más denuedo ha combatido la mercantilización de un género que ella prefiere llamar “zona de lectura”, un borde donde chicos y grandes pueden compartir y traficar textos a su antojo, significa una “doble recompensa” a la “maestría en la escritura de obras importantes y originales que están fuertemente centradas en la estética”, como destacó el jurado del IBBY (Organización Internacional para el Libro Juvenil). “Sus libros se refieren a una gran variedad de temas, como la migración, los mundos interiores, la injusticia, el amor, la pobreza, la violencia o los asuntos políticos”, agregaron los especialistas a la hora de fundamentar la elección de la autora de Veladuras, Stefano, El país de Juan y La mujer vampiro, entre otros títulos. “Ya celebré el hecho de estar en la lista de los cinco finalistas. Pero estoy bastante impactada, no deja de ser una gran sorpresa”, dice Andruetto en diálogo con Página/12.
El fallo del galardón más importante de la literatura infantil y juvenil –que se entrega cada dos años al conjunto de una obra– se anunció ayer en la Feria del Libro Infantil de Bolonia. La mujer que nació en Arroyo Cabral y fue criada en la pequeña ciudad de Oliva se quedó con un premio que la legitima a nivel mundial. Andruetto sabe que ahora se abrirán las puertas de las traducciones, nuevos puentes y muchas más sorpresas cuando sus libros circulen en otras lenguas. Pero la pelea, el lento trabajo de los años, arrancó cuando fundó el Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil de Córdoba (Cedilij). Mucha agua corrió por el río de su experiencia en el campo, desde su paso como secretaria de redacción de la revista Piedra Libre, los talleres que dio como docente y formadora, sus conferencias y sus primeros títulos, dos volúmenes de cuentos, Misterio en la Patagonia y El anillo encantado, que publicó en 1993. “Mis libros han funcionado de abajo hacia arriba –reflexiona la autora de dos magníficas novelas para adultos como La mujer en cuestión y Lengua madre–. Yo tengo 58 años, empecé a escribir antes de los 20, pero publiqué a los 40 y comencé a circular a los 50. Recién a los 55 aparecí en la prensa nacional. Todo lo han hecho los lectores. Los libros se empezaron a leer, los pedían en las librerías y las librerías a las editoriales. Mis libros han circulado mucho de boca en boca. Yo puedo decir que he tenido un cuerpo de lectores antes de tener prensa. Cuando muchas veces el camino es a la inversa.”“Mi escritura siempre está en los bordes, no sólo respecto de los géneros tradicionales, sino también de la propia literatura infantil. Perfectamente podrían ser textos para adultos”, subraya Andruetto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario