martes, 21 de diciembre de 2010

CUENTOS EN NAVIDAD

LOS REYES NO SE EQUIVOCAN

Graciela Beatriz Cabal
“Los Reyes no se equivocan”,
de Graciela Beatriz Cabal.
Editorial Sudamericana S. A.


J ulieta terminó de lustrar los zapatos de ir a la escuela. Cierto que ella hubiera preferido poner las zapatillas rosas con estrellitas, las que le había regalado su madrina para el cumpleaños número seis.
Pero la mamá dijo que esas zapatillas eran una pura hilacha y que qué iban a pensar los Reyes Magos.
–Ya que estamos, Julieta –aprovechó la mamá–, dámelas que te las tiro de una vez por todas a la basura.
Porque a la mamá de Julieta no le gustaban las cosas gastadas o con agujeros. Tampoco le gustaban las cosas sucias o desprolijas. Y siempre tenía la casa limpia, reluciente y olorosa a pino. Debía de ser por eso que la mamá de Julieta no podía ni oír hablar de perros.
–Perros en esta casa, jamás –decía–. Los perros ensucian, rompen todo y traen pestes. Así que en la casa de Julieta no había perros, había tortuga.
Y no es que Julieta no le tuviera cariño a la Pancha. Pero la Pancha era medio aburrida, y se la pasaba durmiendo en su caja.
Lo que Julieta quería –y lo quería con toda el alma– era un perro. Un perro que le lamiera la mano y la esperara cuando ella volvía de la escuela. Un perro que le saltara encima para robarle las galletitas. Por eso Julieta le había pedido un perro a los Reyes. Y los Reyes se lo iban a traer, porque siempre le habían traído lo que ella les pedía.
Y su mamá? ¿Qué diría su mamá del perro?, se preguntó Julieta y el corazón le hizo tiquitiqui toc toc.
Pero enseguida pensó que su mamá no iba a tener más remedio que aguantarse, porque uno no puede andar despreciando los regalos de los Reyes.
–¡Julieta! –dijo la mamá– Sacá la basura a la calle y vení a comer...
A Julieta no le gustaba nada sacar la basura, pero hoy tenía que portarse muy
bien porque era un día especial. Así que agarró la bolsa de la basura –con sus
zapatillas adentro, claro– y, sin protestar, atravesó el pasillo y la dejó en la vereda, al lado del arbolito.
Mientras hacía esfuerzos por dormirse, Julieta pensó que ella, a veces, no la entendía a su mamá. ¿No era, acaso, que los Reyes Magos, tan poderosos y tan ricos, se habían atravesado el mundo entero para ir a llevarle regalos a un
pobrecito bebé que ni cuna tenía? ¿Y esos Reyes se iban a asustar de sus zapatillas gastadas? Pero bueno, mejor pensar en el perro, que a ella le encantaría blanco y medio petiso.
Y Julieta se quedó dormida.
30 A la mañana siguiente, Julieta se despertó tempranísimo.
Allí, junto a sus zapatos brillantes, estaba el perro.
–¿Viste, nena? –dijo la mamá–. ¡Un perro, como vos querías! Mirá: si le tirás de acá, mueve la cola y las orejas... ¿Estás contenta?
No. Julieta no estaba contenta. El perrito que le habían traído los Reyes era más aburrido que la Pancha. Porque la Pancha, por lo menos, estaba viva, aunque a veces mucho no se le notara.
Este perrito no le lamería la mano a Julieta, ni le robaría las galletitas, ni nada de nada.... ¿Es que los Reyes se habían equivocado?
Pero cuando, al rato nomás, Julieta salió a comprar la leche, pensó que no, que los Reyes Magos nunca se equivocan: al lado del árbol, con una de sus zapatillas entre los dientes y la otra entre las patas, había un perrito blanco y medio petiso.
El perrito la miró a Julieta y, sin soltar las zapatillas, le movió la cola. Entonces
Julieta lo agarró en brazos y corrió a su casa gritando:
–¡¡Mamaaaá!! ¡¡Mamaaaá!! ¡¡Los reyes me pusieron uno de verdad en las zapa!!
La mamá salió al pasillo y lo único que dijo fue:
–¡Ay, mi Dios querido!
Pero se ve que no se animó a despreciar un regalo hecho por los mismísimos Reyes, porque después de un rato de mirarla a la hija y al perrito, agregó por lo bajo:
–Entren nomás, que este perrito necesita un baño de padre y señor mío...

CUENTOS EN NAVIDAD.

Cartas a Papá Noel
Del libro “Nadie te creería“ de Luis Pescetti / Ilustración de Okif/MG

Querido Papá Noel:
Te quiero mucho. Hoy fuimos a la playa y tomamos un helado. Tengo seis años. En patín jugué al jockey y ningún día lo había jugado con palo para que no nos lastimáramos. Ahora patino bien y el 7 de diciembre va a haber una clase para que los padres vean que no nos lastimamos, pero vos no podés venir porque sos papá pero Noel, que es distinto. Pero a lo mejor si querés vení lo mismo total en la entrada nunca se fijan. Te pido un max steel, un disfraz de doctora verde, lapiceras de color verde oscuro y claro, violeta oscuro y claro, celeste, azul oscuro, un juguete de las chicas súper poderosas, una barbie con vestido de casamiento, una estrellita, una luna, un sol, una flor, un árbol con naranjas, una nube, una piedra, un pez, un ángel, una vaca, una abeja, un abanico y un acordeón.
Te mando un beso
Clara
Querida Clara: en este momento no tengo patines ni hockey.
Lo lamento. ¿Te gustaría pedir otros regalos?
Afectuosamente.
Papá Noel
Querido Papá Noel: nada que ver. Tenés que leer bien las cartas. Lo del hockey con patines es algo que hice, mi pedido era lo otro. Y de paso quiero cambiar el disfraz de doctora verde. Que sea uno de verdad, blanco. La piedra no, porque ayer encontré una. Mejor traeme más estrellitas.
Te mando otro beso, Chau
Clara.
Querida Clara: te pido disculpas por la confusión, y te agradeceré que repitas el pedido porque las cartas que contesto se archivan en otra parte y no la tengo a mano. Espero que puedas hacerlo pronto. Se acercan las fechas en las que preparamos los regalos, ¡y estamos ansiosos por complacerte!
Afectuosamente
Papá Noel
Papá Noel: ¿qué les pasa ahí? Te había pedido un disfraz de doctora verde, el disfraz, no la doctora; pero después te dije mejor blanco y de una de verdad. Después también te pedía estrellitas y algún juguete de las chicas súper poderosas, lápices de muchos colores, pero blancos no, una vaca, abejas, un abanico, una bicicleta. No me acuerdo del todo, porque la carta se las mandé y era larga ¡y ustedes la perdieron! ¿No la pueden buscar mejor? Me acuerdo de la Barbie para casamiento y un árbol con naranjas. ¡No pierdan ésta también! Ah, y un piano.
Bueno, chau
Clara
Querida Clara: soy la secretaria de Papá Noel. Me pide te avise que encontramos tu primera carta ¡Qué buena noticia, ¿verdad?! Ruega que lo disculpes por no responderte personalmente pero a la locura de trabajo que tenemos siempre en octubre, preparando los regalos, se sumó una descompostura en uno de los renos a raíz de una modificación en su alimentación. Cambiamos de veterinario por problemas de presupuesto pero, como siempre, lo barato sale caro y el nuevo les dio una dieta que los puso fatales. Ya regresamos con el anterior, pero este lamentable incidente nos consumió una increíble cantidad de tiempo. De todos modos, Papá Noel, me pide que te transmita la seguridad de que todos tus regalos estarán listos a tiempo. Sólo una pregunta: lo que pediste en las dos cartas no coincide exactamente, ¿cuál te complacería que atendamos?
Afectuosamente
Esther Noel
Queridos Esther, Papá Noel, el Reno o la rueda del trineo, o quien quiera que sea que lea esta carta y me la conteste: ¡Ni me acuerdo si eran diferentes las dos cartas! Traigan todo y listo, qué sé yo. O las mismas cosas que pido en las dos. Lo que más me importa es el disfraz de médica de verdad, blanco, y la Barbie de casamiento. Ah, y la estrellita, el acordeón, la planta de naranjas y libros.
Pónganse las pilas.
Clara
Querida Clara: soy la secretaria personal de Esther Noel. Ella me pide que la disculpes por no contestar personalmente tu correo. Esta atendiendo a Papá Noel quien sufrió un pequeño accidente, nada grave, una caída que le produjo una leve fractura en un pie. Él mismo insistió en que te hagamos saber que está bien, que no debes asustarte, el médico le aseguró que en quince días podrá apoyar el pie de manera normal, y que todas las placas muestran que la lesión no reviste importancia. No debes preocuparte, a todos pueden ocurrirnos estos pequeños accidentes.
Afectuosamente
Silvia Noel
¿Y mis regalos? ¿Ya eligieron de las dos cartas?
Clara
Querida Clara: soy Esther, nuevamente. Estamos muy felices. ¡Nuestro querido Papá Noel ya se encuentra repuesto! Mandó decirte que tu pedido está completo y embarcado. Esperamos que seas muy feliz con esas cosas tan bellas que pediste. Has de ser una niña muy especial para haber hecho una solicitud tan hermosa. Te ruego que sepas disculpar los inconvenientes que ya superamos.
Un afectuoso abrazo
Esther Noel

Querido Papá Noel, y tu secretaria y la secretaria de tu secretaria y el reno con diarrea: les escribo esta carta después de abrir los regalos. Muchas gracias por el elefante de porcelana blanco, es muy práctico, y sobre todo tan bonito. Los videos de carreras de coches son sumamente interesantes. ¡Con el álbum de figuritas del fútbol español aprendí cosas importantes! Qué bueno que conseguiste el disfraz verde de doctora que te había pedido en mi primera carta y que después cambié de opinión. Y ese cenicero con forma de ajedrez, también muy lindo. El Power Ranger rojo es muy parecido a la Barbie de casamiento. Los borceguíes de alta montaña, aprovechando que eran número 43, se los regalé a mi tío Alberto.
Con profundas emociones
Clara