lunes, 2 de abril de 2012

Ahora que han florecido los cerezos


Una lectura del libro Miniaturas de María Teresa Andruetto (Editorial MacMillan), reciente ganadora del Premio Hans Christian Andersen.
Por Coni Salgado.

Gigante. Así se volvió el orgullo para todos los argentinos que amamos la literatura, especialmente la literatura infantil y juvenil. Porque María Teresa Andruetto es nuestra, pero también es del mundo. El reconocimiento llegó el pasado lunes en la Feria del Libro Infantil de Bologna, de la mano de los integrantes del jurado de IBBY (Organización Internacional para el Libro Juvenil). María Teresa Andruetto ya es Hans Christian Andersen. Así lo queríamos todos. Y así es.

Uno de sus últimos libros se llama Miniaturas y no hace más que honrar la grandeza de una escritora. Está ilustrado con delicadeza, acuarelas y texturas por Irene Singer. Es un libro de la colección ¨todos distintos¨ de Mac Millán y su primer relato dice así:

Ahora que han florecido los cerezos
 Ahora que han florecido los cerezos, pequeña Keiko y sobre el cielo como una seda está pintado el Fuji, voy a contarte una historia:
 Un hombre que deseaba ponerse al servicio del sogún llegó a un retiro de Kyoto
y preguntó al maestro cuánto tiempo tardaría en convertirse en samurái.
El maestro dijo que tardaría cinco años y le habló del honor, la lealtad y la templanza.
Después le enseño a no tener dudas ni temor,
ni anhelo innecesario, ni emoción extrema, y a servir
humildemente con amor y gentileza.
Y, para cuando nada de aquello sirviera,
le enseñó también a abrirse el vientre con una daga
hasta explulsar las vísceras y luego bajar la cabeza
para que un amigo fiel, la descuajara.
Pasados los cinco años, el discípulo preguntó al maestro si ya había aprendido todo.
Pero el maestro dijo que no, que ahora debía salir al mundo durante
otros cinco años para olvidar lo aprendido.
Si olvido todo, nada seré – dijo el discípulo
Lo que has vivido y olvidado, eso serás – dijo el maestro.
Cae la tarde, pequeña Keiko, y es hora de regresar a nuestra casa, hora de honrar a nuestros muertos.

¿Qué llevó al jurado a otorgarle esta distinción comparable a un Nobel en literatura infantil? ¿Quién fue Hans Christian Andersen? ¿Quién es María Teresa Andruetto y por qué escribe lo que escribe?
María Teresa Andruetto publicó una infinidad de novelas y cuentos, trabajó en revistas, creó grupos de formación y promoción de la lectura, formó maestros, creó actividades de posgrado y participó en innumerables congresos, seminarios, ferias, jornadas, en su país, Argentina, y en el extranjero.
Pero la respuesta no encontraría un sentido verdadero si María Teresa Andruetto no fuera una escritora  comprometida con su obra, con su historia y con la humanidad. Ganó innumerables premios. Su obra ha sido inspiración de cortometrajes, espectáculos musicales, adaptaciones teatrales y más. Nada de esto hubiera pasado si sus textos no tuvieran la calidad que puede darles quien ha vivido muchas vidas y caminado todos los mundos posibles con la magnitud de su creación.
Resumiendo, su obra es profunda, poética y comprometida. Además y como si fuera poco, María Teresa Andruetto es una persona atenta, cálida, simpática y siempre abierta al diálogo, al encuentro, a la participación, a la valoración del interés de los otros y a compartir  la literatura. Una persona con la que intercambiás un correo y cuando te presentás ante ella en una jornada de literatura infantil, casi sin que enuncies tu nombre enseguida te reconoce y te recibe con un abrazo. María Teresa Andruetto es una persona agradecida y atenta. Atenta al mundo y a los demás.
No sé exactamente qué es lo que lleva a un jurado de un premio prestigioso a decidir, pero tengo la certeza de que en este caso existe un merecido reconocimiento al compromiso, al contenido y a la calidad literaria. Y a todo eso sostenido a través de los años y el tiempo, con la firmeza y el compromiso de los grandes artistas.
María Teresa Andruetto es una escritora enorme. Gigante como la alegría que nos da que se lo reconozcan. Pero también es poesía. Es la palabra justa para que ese texto desborde y quiera expresar aquello que, acorde a su estilo, genera la atmósfera indicada para que ocurra la magia. Para que el alma del lector quede suspendida en un estado de ensueño, de reflexión constante, de simpleza, de permanente actividad inteligente. De emoción profunda y alma desgarrada. De verdad. El texto tendrá exactamente lo que tiene que tener un texto para completar a un lector. Ni una palabra más, ni una palabra menos.
 http://blog.eternacadencia.com.ar/?p=20820

1 comentario:

  1. Buenísimo! comparto totalmente esta alegría + cariño y admiración por nuestra querida y ENORME María Teresa.
    Gracias! Saludos desde las sierras de Córdoba, Nadi.

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